Pepito jugaba con su tren en miniatura en la sala de su casa mientras su mamá cocinaba y lo miraba de vez en cuando. Luego de varias vueltas, el tren llega a la estación terminal y Pepito, actuando como el inspector del tren, dice:
- ¡Estación terminaaaaal!, ¡Todos los hijos de su chingada madre que viajan hasta aquí tomen todas sus chingaderas y se bajan rapidito del tren, bola de pendejos; y los weyes que viajan de vuelta, suban rapidito sus pinches putas maletas, antes que los agarre a chingadazos!!
Al oir esto, su madre -espantada- salió rápidamente de la cocina y le dice a Pepito:
- ¡Pero qué vocabulario es ese, hijo! ¡Deja inmediatamente tu tren y te me vas a tu recámara!¡Quedas castigado por DOS horas!
Luego de las dos horas de castigo, Pepito vuelve a jugar con su tren y esta vez dice:
- Estación terminal, los pasajeros deben descender. A nombre de nuestra empresa les agradecemos haber viajado con nosotros, prefiriendo nuestra hospitalidad. Por favor bajen sus pertenencias y ante cualquier necesidad, soliciten la ayuda de nuestros asistentes. A quienes viajan de vuelta, por favor tengan la bondad de subir al tren con su equipaje y acomodarse en sus respectivos asientos, que vamos a partir.
Su madre, con una sonrisa, ya más tranquila, sigue cocinando, cuando inmediatamente después Pepito agrega:
- Y si algún cabrón hijo de su chingada madre está enojado por las 2 horas de retraso que tenemos, que se pare y le reclame a la méndiga vieja neurótica que está en la cocina.
Vía email Gracias a Olman!
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