jueves, 21 de enero de 2010

El menos malo?

Otra entrada seria, en serio...

Copio texualmente un correo que me llegó. No me importa si es falso o no, el mensaje se mantiene y es necesario rescatarlo en estos momentos que los políticos se gastan millonadas en burlarse de nosotros.

EL MÁS BUENO
Espacio virtual merecido
Por Felipe Fournier

Nunca me ha gustado presumir de mis logros, no es mi estilo.
Sin embargo, me embriaga una indignación tan profunda en este momento, que no me queda más remedio que sacar a relucirlos con tal de opacar y avergonzar a los políticos de nuestro país. Esos que hoy en día se burlan de nuestra dignidad e inteligencia mediante sus “espacios políticos pagados”.

Les habla Felipe Fournier, EL MÁS BUENO. Sí, modestia aparte, nunca lo he dicho antes, pero ahora más que nunca lo necesito gritar a los cuatro vientos.

El mejor vibrafonista de jazz de Costa Rica. Primer promedio de la Universidad Nacional en el 2006. Nominado al Grammy 3 veces consecutivas en 2 años. Primer estudiante internacional en recibir la beca Enrique Fagundo del Conservatorio de Música de Puerto Rico. Promedio de honor en el Conservatorio Castella, Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional y Conservatorio de Música de Puerto Rico.

También he sido admitido en las 2 escuelas de música más prestigiosas de Boston, Massachusetts; que son Berklee College of Music y New England Conservatory. A ninguna de las dos he podido asistir por falta de dinero, a pesar de que he sido becado parcialmente por ambas instituciones.

Del otro lado, entonces, tenemos a este puñado de políticos sin vergüenza quienes se regodean en su mediocridad, recibiendo apoyo económico y salarios altísimos, orgullosos de ser “LOS MENOS MALOS”.

¿Y los más buenos?

¿Dónde quedó la publicidad y el apoyo para nosotros, los más buenos?

¿Que hay de Franklin Chang en la astronomía? ¿Jiménez Deheredia en el arte? ¿Tapado Vargas en la música? ¿Claudia Poll en el deporte? ¿Escuchamos de ellos tanto como se lo merecen?

De fútbol ni hablar, casi todos son malos. Y por eso reciben tanta propaganda y dinero del país. Pero hablemos también de LOS MÁS BUENOS desconocidos, porque existimos también muchos buenos sin fama:
Marie Ramírez, cuarto lugar mundial del boliche; Milena Rodríguez en la danza; Manuel Monestel en la etnomusicología, Walter Flores en la música y ganador de 3 Grammys, Victor Hugo Acuña en la historia, Fernando Contreras y Luis Chávez en la literatura… ¿les suena familiar alguno de ellos?
El clan de LOS MÁS BUENOS tiene una larga lista de nombres, los cuales no voy a poner por razones de espacio y además porque, lamentablemente, la mayoría de la gente no sabe ni quienes son. Sus filas incluyen a la vecina de al lado que mantiene sola a sus tres hijos, y al señor de la pulpería que viene de la pobreza extrema y aún así ha logrado prosperar en su negocio.

El punto al que quiero llegar es que, de un lado, estamos este grupo de personas esforzadas, talentosas, honestas y perseverantes quienes luchamos día a día, sin descanso, para poner el nombre de nuestro país en alto, de manera casi anónima… Y del otro lado, tenemos a la gente que se encarga de representarnos oficialmente frente al mundo, los que gozan de cobertura noticiosa y apoyos gubernamentales millonarios, hinchando sus pechos con la satisfacción de ser del clan de LOS MENOS MALOS; o sea, mediocres que se enorgullecen de hacer a medias su trabajo y a cambio recibir la mayor parte del pastel.

¿Qué nos queda por hacer entonces a los ticos? ¿Qué podemos hacer?
¿Qué nos queda?
Pregunto con urgencia porque la impotencia que me envuelve es enorme.


Yo, en este momento, estoy haciendo lo primero que se me ocurrió: escribirlo, denunciarlo, sin pretensiones de que éste ensayo se convierta en un tratado.
No, no, no, esto no es más que un desahogo. Un desahogo de un representante de los más buenos.

Yo, no quiero privatizar el ICE, pero si que siga siendo una de las mejores instituciones del país, llevando luz hasta los lugares más escondidos de mi país pero si quisiera que busquen ser más eficientes cada día. No quiero quitarle bonos de convención colectiva a los empleados bancarios de status bajos y medios, si es que ganan tan poco en su salario normal, porque ellos no tienen culpa de que los altos jerarcas ganen más de lo que trabajan. No sueño darle una computadora a cada niño en la escuela, cuando algunos de ellos la cambiarían por un pedazo de pan para comer diario. No quiero sacarle los trapos sucios a mis colegas, porque LOS MAS BUENOS somos gente limpia y de respeto…….eso de los trapos sucios, solo pasa en el clan de LOS MENOS MALOS……

Pero tengo coraje, dignidad y ganas. Sobre todo ganas. Y no son ganas de aprovecharme del pueblo ni de vivir cómodamente a expensas de los demás.
Las mías son ganas de superarme, de pasar de ser EL MÁS BUENO a ser EL MEJOR DEL MUNDO, aunque tenga que morirme de hambre en el proceso.


A la señora Laura Chinchilla, a los señores Otto Guevara, Ottón Solís, Luis Fishman y demás candidatos:


¿En dónde están viviendo? ¡¡¡SEAN SERIOS!!!




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